Así como los sistemas informáticos tienen como objetivos básicos permitir la integración de los datos y la información en tiempo real, los diversos sistemas de gestión aplicados a las empresas son definidos para optimizar el uso de los recursos y los procesos evitando los desperdicios de los mismos. En otras palabras son herramientas que una vez implementadas, certificadas y mantenidas, son eficaces para garantizar una correcta gestión.
Los sistemas de gestión de Calidad (ISO 9001) hacen un par de décadas que se están implementando en nuestro país en todo tipo de empresas tanto en el sector productivo como en el de servicios. En la cadena de los agronegocios son muy pocas las empresas que cuentan con la certificación de un sistema de gestión de la calidad.
Dentro de la cadena de los agronegocios, desde un extremo en la producción primaria, hasta el otro en la manufactura de los alimentos, es más frecuente encontrarnos con empresas que cuentan con certificaciones relacionadas con Sistema de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), Sistema de Buenas Prácticas de Manufacturas (BPM) y Análisis de Riesgos y Puntos Críticos de Control (HACCP), estas últimas en la etapa de procesado de los alimentos.
Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) es un conjunto de acciones que tienden a reducir el potencial de riesgos toxicológicos y microbiológicos a lo largo del proceso productivo a fin de provocar el menor impacto ambiental, no contaminar el producto y proteger la salud de los operarios.
La certificación de las BPA extendida por un organismo certificador competente, garantiza un producto inocuo, obtenido bajo procesos controlados, con escasa utilización de agroquímicos, de bajo impacto ambiental y protegiendo la salud de los operarios.
Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) al igual que BPA es un sistema de gestión de calidad que se implementa durante el Empaque, Almacenamiento y Transporte del producto con el objetivo de mantener la calidad y la sanidad del producto, previniendo las contaminaciones durante el proceso.
Análisis de Riesgos y Puntos Críticos de Control (HACCP), es un programa de seguridad en alimentos cuya meta principal es prevenir las enfermedades que pueden ser transmitidas a través de los alimentos.
No solo en el sector agropecuario, sino también en los industriales, se tiene aparentado a la demanda de certificación de los sistemas con los requisitos o exigencias propios del mercado, donde se prioriza la certificación de normas como cumplidos institucionales necesarios para seguir perteneciendo a los mismos.
Es en empresas maduras donde se puede ver que además de la obligación institucional de contar con una certificación se encuentra el atendimiento a las normas y la importancia respecto a la valoración social y económica que implica la conservación de las personas y el medio ambiente.
La convivencia real con sistemas de calidad permite agregar valor al producto-servicio, consiguiendo una diferenciación no solo cualitativa sino también distintiva, claro condicionante si pensamos participar de mercados competitivos y exigentes.
Los sistemas de gestión de Calidad (ISO 9001) hacen un par de décadas que se están implementando en nuestro país en todo tipo de empresas tanto en el sector productivo como en el de servicios. En la cadena de los agronegocios son muy pocas las empresas que cuentan con la certificación de un sistema de gestión de la calidad.
Dentro de la cadena de los agronegocios, desde un extremo en la producción primaria, hasta el otro en la manufactura de los alimentos, es más frecuente encontrarnos con empresas que cuentan con certificaciones relacionadas con Sistema de Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), Sistema de Buenas Prácticas de Manufacturas (BPM) y Análisis de Riesgos y Puntos Críticos de Control (HACCP), estas últimas en la etapa de procesado de los alimentos.
Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) es un conjunto de acciones que tienden a reducir el potencial de riesgos toxicológicos y microbiológicos a lo largo del proceso productivo a fin de provocar el menor impacto ambiental, no contaminar el producto y proteger la salud de los operarios.
La certificación de las BPA extendida por un organismo certificador competente, garantiza un producto inocuo, obtenido bajo procesos controlados, con escasa utilización de agroquímicos, de bajo impacto ambiental y protegiendo la salud de los operarios.
Buenas Prácticas de Manufactura (BPM) al igual que BPA es un sistema de gestión de calidad que se implementa durante el Empaque, Almacenamiento y Transporte del producto con el objetivo de mantener la calidad y la sanidad del producto, previniendo las contaminaciones durante el proceso.
Análisis de Riesgos y Puntos Críticos de Control (HACCP), es un programa de seguridad en alimentos cuya meta principal es prevenir las enfermedades que pueden ser transmitidas a través de los alimentos.
No solo en el sector agropecuario, sino también en los industriales, se tiene aparentado a la demanda de certificación de los sistemas con los requisitos o exigencias propios del mercado, donde se prioriza la certificación de normas como cumplidos institucionales necesarios para seguir perteneciendo a los mismos.
Es en empresas maduras donde se puede ver que además de la obligación institucional de contar con una certificación se encuentra el atendimiento a las normas y la importancia respecto a la valoración social y económica que implica la conservación de las personas y el medio ambiente.
La convivencia real con sistemas de calidad permite agregar valor al producto-servicio, consiguiendo una diferenciación no solo cualitativa sino también distintiva, claro condicionante si pensamos participar de mercados competitivos y exigentes.
“alimento sano y seguro, sólo se produce en un ambiente sano y seguro”, es uno de los slogans del INTA, instituto nacional que promociona estos sistemas de calidad alimentaria.
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